Bienvenid@!

Gracias por entrar a este espacio de sanación!



Es evidente que los seres humanos nos volvemos más sabios con cada experiencia de vida. También, todos encaramos diferentes experiencias de vida; unas agradables y otras dolorosas. Indiferentemente de bajo que categoría estén ésas experiencias continuemos con el fluir natural de la vida. Eso, en mi opinión, es la clave de la Felicidad. De manera que adelante...fluyamos juntos... eso hace el camino mucho más divertido!


domingo, 10 de junio de 2012

Cerrar capítulos


En algún momento de nuestra vida pasamos por el amargo malestar de que alguna relación que apreciábamos mucho ya deja de existir en nuestro aquí y ahora. A veces es porque nosotros mismos nos damos cuenta de que la toxicidad de esa relación ya no nos trae nada y decidimos salir corriendo. Otras veces es la decisión de la otra persona. En ambas ocasiones, nos quedamos aturdidos. Usualmente, buscamos mil razones y explicaciones del por qué la relación no funcionó y buscamos como hacernos culpables del fracaso.

Luego de la ruptura muchos nos damos la tarea de sanar las heridas. Buscamos refugio en amistades, familiares, grupos de apoyo, terapeutas o simplemente nos aferramos a que el tiempo sea nuestro aliado para la sanación. 

Sin importar la razón por la cual haya sucedido la separación o ruptura, como quiera que sea, siempre tenemos, en mi opinión, dificultad para soltar y cerrar capítulos. ¿Por qué? Por mi experiencia, buscamos como quiera que sea el perdón, aprobación y la certificación de que somos buenos de la persona la cual ya no se encuentra en nuestras vidas. Queremos que esa persona nos diga que somos buenos y que nos persona por las acciones malas que cometimos. Que realmente no importa lo que pase nos va a seguir queriendo. También, que nos diga que no importa la distancia vamos a seguir conectados de alguna manera. Una pequeña parte de nosotros se alimenta de estas ilusiones aun cuando no hay ninguna señal de que sea cierto.  Y así podemos permanecer días, meses o años. 

domingo, 3 de junio de 2012

Si me molesta, inmediatamente hago algo para cambiarlo


A raíz de varios encuentros con la flexibilidad vs. inflexibilidad que tenemos todos los seres para ejecutar un cambio en torno a algo que nos molesta o desagrada, en estos días he estado pensando en lo siguiente: ¿Por qué cuando tenemos una etiqueta que nos molesta en la camisa, traje o cualquier prenda de ropa no nos la arrancamos de primera instancia y lo que hacemos es rascarnos y rascarnos? Lo que he observado (y me corrigen si es diferente) es que cuando ya no aguantamos la incomodidad buscamos la manera de arrancarnos la etiqueta ya sea con la ayuda de alguien o nosotros mismos con una tijera o hasta con los propios dientes. Por lo general, todos aguantamos y aguantamos el malestar; hacemos algo entorno al malestar solo cuando éste se vuelve insoportable.
Aunque este evento parece simple, en mi opinión, es súper importante observar nuestra reacción a esta incomodidad (o cualquier otra) cuando se nos presenta en la vida. Algo tan simple puede revelarnos mucha información sobre cómo abordamos las situaciones difíciles sus soluciones y cambios. 

Si somos de las personas que aguantan y aguantan el picor y el malestar de la etiqueta probablemente abordamos de igual forma lo que nos molesta en la vida; el trabajo, una relación, la casa, la falta de dinero, etc. Si algo nos molesta aguardamos hasta que ya la situación se ha vuelto inaguantable o no manejable para entonces actuar. Además, probablemente somos conscientes, así como cuando te molesta la etiqueta, de que hay algo que molesta mucho pero, sin embargo, tomamos una actitud pasiva ante la molestia. A lo mejor pensamos que en algún momento dado que la molestia se irá mágicamente o quizás pensamos que en algún momento nos acostumbraremos y la molestia no va a ser molestia no porque no exista sino porque ya habremos dejado de sentirla. O simplemente, podemos no pensar en nada y simplemente ser entes pasivos ante la incomodidad. Como quiera que sea, la actitud pasiva ante una situación molestosa e incómoda es no beneficiosa para uno pues retrasamos los cambios que necesitamos dar para vivir en bienestar y felicidad.