En algún momento de nuestra vida pasamos por el amargo
malestar de que alguna relación que apreciábamos mucho ya deja de existir en
nuestro aquí y ahora. A veces es porque nosotros mismos nos damos cuenta de que
la toxicidad de esa relación ya no nos trae nada y decidimos salir corriendo.
Otras veces es la decisión de la otra persona. En ambas ocasiones, nos quedamos
aturdidos. Usualmente, buscamos mil razones y explicaciones del por qué la relación
no funcionó y buscamos como hacernos culpables del fracaso.
Luego de la ruptura muchos nos damos la tarea de sanar
las heridas. Buscamos refugio en amistades, familiares, grupos de apoyo,
terapeutas o simplemente nos aferramos a que el tiempo sea nuestro aliado para
la sanación.
Sin importar la razón por la cual haya sucedido la separación
o ruptura, como quiera que sea, siempre tenemos, en mi opinión, dificultad para
soltar y cerrar capítulos. ¿Por qué? Por mi experiencia, buscamos como quiera
que sea el perdón, aprobación y la certificación de que somos buenos de la
persona la cual ya no se encuentra en nuestras vidas. Queremos que esa persona
nos diga que somos buenos y que nos persona por las acciones malas que
cometimos. Que realmente no importa lo que pase nos va a seguir queriendo. También,
que nos diga que no importa la distancia vamos a seguir conectados de alguna
manera. Una pequeña parte de nosotros se alimenta de estas ilusiones aun cuando
no hay ninguna señal de que sea cierto. Y
así podemos permanecer días, meses o años.
No sé de dónde viene la creencia de que los cierres
hay que hacerlos en conjunto, que uno se debe sentar con la persona que ya no
está y hablar lógicamente y así como en el tribunal llegar a unos acuerdos para
la disolución de la relación. Mi teoría es que debajo de todas estas creencias
hay una necesidad inherente de buscar y recibir ese perdón. Lo preocupante del caso es que, con esta
creencia, le estamos dando todo el poder a la otra persona para hacer el cierre.
Es decir, si la otra persona no nos
perdona abiertamente en nuestro interior no tendremos ese cierre que
necesitamos. El otorgarle este poder a la otra persona y tener estas
expectativas es otra manera de mantenernos agarrados de las falsas ilusiones y
mantenernos en el dolor esperando a ser redimidos.
Sin embargo, si internalizamos que el soltar y el
cerrar capítulos solo depende de nosotros, ese día seremos libres. Lo primero
es que necesitamos tomar la decisión de que realmente queremos cerrar el capítulo.
De lo contario, jamás pasará y le seguiremos dando el poder a la otra persona.
Lo otro es que el perdón que consciente o inconscientemente buscamos solo
depende de nosotros mismos puesto a que si nos perdonamos de corazón ya no
necesitaremos el perdón externo. Así le quitamos el poder a la otra persona. Al
tomar nuestro propio poder y sacudirnos de la energía y mala vibra de la
ruptura, Entonces, no importa si la otra
persona nos da la cita tipo tribunal o no, o si esa persona nos quiere o no, o
si nos perdona o no, si nos habla o no, si la volvemos a ver o no, podremos
sanamente seguir con nuestras vidas; podremos recargar nuestro interior con
amor y entendimiento para nosotros mismos y fluir con la vida y la felicidad
que merecemos.
Veroshk
(@Vroshk)
787-460-3247
*** Veroshk, la psicoastróloga, combina la Astrología, el
Tarot, la Numerología, Metafísica, el balance de los Chakras, la limpieza
energética y los trabajos de creencias para ayudar a los individuos a tomar el
control de su vida y alcanzar sus metas. Además, actualmente, estudia un
doctorado en Psicología Clínica. Es dinámica y accesible, lo que le permite
tocar el corazón de las personas y transformar su vida. De esa manera cumple
con su propósito de servir al prójimo dentro de un camino espiritual. Trabaja
como astróloga en consulta privada, escribe el horóscopo para el suplemento
EnPunto de El Nuevo Día, tiene un segmento semanal en la radio en “El Bembé” de
la Z 93.7fm, colabora con la página busca parejas LoveSeat, dicta charlas y
talleres.
LOVE!
ResponderBorrarYesss!Hemos hablado de esto en nuestro rincón terapéutico. jijiji. ;-)
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