En estos días hablando con una amiga, llegue a la conclusión
que es imprescindible que tomemos consciencia del peso que tienen las palabras
sobre todos los que nos rodean. No solo las que tienen una connotación negativa
calan hondo en el corazón de los demás (así como en el nuestro) sino también,
las que procuran bien. En mi opinión, estas son las que más tenemos que velar.
Muchas veces procuramos amar eternamente a una persona pero realmente en
nuestro interior eso no es lo que queremos decir. Quizás nos enfocamos en lo
bonito que suenan esas palabras pero no en su verdadero significado. Debemos
tener en cuenta que al decir ciertas cosas uno establece un compromiso de alta
envergadura con otra persona. La otra persona inocentemente acoge esas palabras
como verdad y actúa desde ahí.
No es cuestión de ser víctimas o verdugos pienso que
es cuestión de honestidad. Creo que muchos vivimos desde el dicho que dice “las
palabras se las lleva el viento” y a raíz de esto optamos por no tomar
responsabilidad. Entonces, esperamos que las personas a las que le decimos algo
que no es totalmente cierto adivinen, conozcan, procesen y actúen la verdad que
esta subterráneamente implícita en las palabras (que en ocasiones no tiene nada
que ver con lo dicho) que decimos. Esto es algo que ocurre a diferentes
niveles; tanto nosotros lo hacemos como recibimos esto de los demás.
Creo que todos hemos vivido lo siguiente… cuando
queremos movernos hacia delante luego de la ruptura de una relación amorosa o
cualquier relación las palabras que no nos dejan caminar hacia delante son las
buenas. Esas palabras que nos prometieron “una vida en familia”, “fidelidad
para toda la vida”, “amor y apoyo incondicional” o simplemente “estar ahí
cuando me necesites”. No es hasta la ruptura que la persona (muchas veces con
sus acciones) tiene la valentía de
decirnos que estas verdades no eran totalmente ciertas y que solo fueron reales
en un momento en el tiempo. Ahí es cuando nos duele y nos quedamos enganchados
en las preguntas del “¿por qué me lo dijo?”
o “¿por qué fui tan tonto/a de creerme estas palabras?”. La realidad es
que creímos lo que escuchamos; es solo humano hacer esto. Sin embargo, la
persona falló en su honestidad y no miró el peso de sus palabras. Muy
probablemente, dijo cosas por las cuales no estaba dispuesto/a a comprometerse.
Al no ser consciente de la magnitud de su compromiso, se sacudió del mismo y sin
querer nos hirió en el proceso.
Por esto insisto que debemos ser muy cuidadosos/as con
lo que decimos pues todo lo que sale de nuestra boca genera compromisos.
Siempre digo que la vida es un espejo; todo lo que vemos afuera es porque lo
tenemos adentro. De manera que si hemos experimentado en algún momento algún
evento en el que las palabras emitidas por una persona terminan siendo
deshonestas, entonces, debemos reflexionar en las ocasiones que nosotros no somos
honestos. En el momento que solo digamos aquello que realmente habita en
nuestro corazón y por lo que estamos dispuestos a comprometernos, en ese
momento recibiremos lo mismo por parte de los otros. Es en ese momento en el
que habremos realmente entendido el peso que tienen las palabras.
Veroshk
(@Vroshk)
787-460-3247
*** Veroshk, la psicoastróloga, combina la Astrología, el
Tarot, la Numerología, Metafísica, el balance de los Chakras, la limpieza
energética y los trabajos de creencias para ayudar a los individuos a tomar el
control de su vida y alcanzar sus metas. Además, actualmente, estudia un
doctorado en Psicología Clínica. Es dinámica y accesible, lo que le permite
tocar el corazón de las personas y transformar su vida. De esa manera cumple
con su propósito de servir al prójimo dentro de un camino espiritual. Trabaja como
astróloga en consulta privada, escribe el horóscopo para el suplemento EnPunto
de El Nuevo Día, tiene un segmento semanal en la radio en “El Bembé” de la Z
93.7fm, colabora con la página busca parejas LoveSeat, dicta charlas y
talleres.
Eres bien bueno/a expresando tu opinión y leyendolo vi que tienes razón. Yo no soy muy buena expresando mi opinión y lo peor en español,pero leyendo lo que escribiste creo que puedo expresar mi opinión un poco mejor. Pot lo memos boy a tratar
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