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Es evidente que los seres humanos nos volvemos más sabios con cada experiencia de vida. También, todos encaramos diferentes experiencias de vida; unas agradables y otras dolorosas. Indiferentemente de bajo que categoría estén ésas experiencias continuemos con el fluir natural de la vida. Eso, en mi opinión, es la clave de la Felicidad. De manera que adelante...fluyamos juntos... eso hace el camino mucho más divertido!


domingo, 5 de agosto de 2012

Adiós Psiquiatría

La semana pasada culminé la práctica de un año en el Hospital Psiquiátrico de San Juan. Todavía estoy procesando la partida. Aunque es un proceso normal el de uno moverse de centros de  prácticas mientras se estudia un doctorado en psicología clínica; esta partida me ha calado hondo.
El hospital es un lugar muy especial para mí. Tuve la dicha de caer en una sala de agudos de hombres en la que el equipo multidisciplinario es de excelencia y de mucho compromiso con los pacientes. A diferencia de lo que las personas se imaginan, el Hospital de Psiquiatría y, en particular la sala en la que practiqué,  es un lugar humano.
 Para empezar, los pacientes a pesar de sus condiciones mentales son seres muy especiales. Ellos brindan el mejor de los aprendizajes pues uno constantemente está practicando el arte de la compasión. Desde el paciente que me llamaba la doctora “Burbu” por mi pelo, el que todos los días tenía una identidad diferente,  el que se tragó unos dominós, el que era hijo de Obama y Oprah y hasta el que solo miraba fijamente a la pared sin decir una palabra…siento que todos me han hecho una mejor persona.  Agradezco a cada uno de estos seres por mostrarme la parte más bonita de la psicología; simplemente el tacto humano. A pesar de sus condiciones, ellos todos tienen sentimientos y a veces su sufrimiento se debe a que en el momento cuando más necesitan ser abrazados no hay alguien ahí para dárselos.
 De igual manera, aprendí del equipo terapéutico. Como imaginarán, cuando uno está rodeado de pacientes esquizofrénicos, bipolares, suicidas, entre otras condiciones en su fase de crisis uno ve, escucha, siente y huele muchas cosas que en ningún momento se hubiese imaginado serían posibles. Son cosas que los libros no le enseñan a nadie. No es hasta tanto se vive y se manejan las situaciones que uno engrana el conocimiento académico. Así que gracias por ello, en especial al Patch Adams Boricua—el médico psiquiatra—por todo el aprendizaje. En especial por su fórmula secreta de algo que se consigue sin receta y es muy efectivo para mantenerse uno tranquilo: “a mi plín, resbalín y que se joda” la cual se la daba a todos los pacientes para evitar que se formaran peleas o animosidades entre ellos.